Sermon

Hombre Rico - Hombre Pobre

Theme

El hombre rico y el pobre Lázaro

Object

Un paquete de billetes (dólares)

Scripture

"Había un hombre rico que se vestía lujosamente y daba espléndidos banquetes todos los días. A la puerta de su casa se tendía un mendigo llamado Lázaro, que estaba cubierto de llagas y que hubiera querido llenarse el estómago con lo que caía de la mesa del rico. Hasta los perros se acercaban y le lamían las llagas" (Lucas 16:19-21 - NVI).

¡Miren todo este dinero! (Enseñe el paquete de dólares.) ¿A cuántos de ustedes le gustaría ser rico cuando sean grandes? ¿Qué harías con todo tu dinero si fueras rico? Bueno, podrías vestirte a la última moda, guiar un carro último modelo, vivir en una casa bien grande con piscina y viajar el mundo en tu avión privado. ¿Te suena eso razonable?

¿A cuántos de ustedes les gustaría ser pobres cuando crezcan? ¡No veo muchas manos en contestación a esta pregunta! Si fueras pobre, muy, muy pobre, puede ser que termines viviendo en la calle y durmiendo en la acera. Probablemente tengas que conseguir tu vestimenta en una tienda de ropas de segundas manos y puede ser que podamos verte en la esquina de una calle con un letrero que diga: "Trabajo por comida." Hay muchas probabilidades que tengas que caminar a todos los lugares pues no tendrías dinero para comprar un carro. Debo decirte que esa forma de vida no luce muy atractiva.

No hay nada malo en ser rico y no hay nada vergonzoso en ser pobre. El ser rico no garantiza que seas feliz y necesariamente, el ser pobre no significa que tendrás una vida infeliz o triste. En la lección bíblica de hoy, le daremos un vistazo a una historia contada por Jesús y conocida como "La parábola del hombre rico y el pobre Lázaro."

Jesús dijo: "Había un hombre rico que se vería de púrpura (violeta) y con tela de hilo. Vivía sus días lujosamente. A la puerta de su casa estaba echado un hombre pobre llamado Lázaro. Permaneciendo allí, Lázaro estaba esperanzado de recibir algunas de las migajas de la mesa del rico. Lázaro estaba cubierto de úlceras o llagas y los perros se le acercaban a lamerlas. El hombre rico nunca ofreció el compartir sus riquezas con Lázaro. Todos los días pasaba por donde estaba Lázaro y lo ignoraba.

En la historia Jesús contó que Lázaro murió y fue llevado por ángeles a un banquete celestial y fue sentado al lado de Abraham. A pesar de no haber tenido nada en esta tierra, había confiado que Dios cuidaría de él y eso fue exactamente lo que ocurrió. Lázaro tenía todo lo que necesitaba en su hogar celestial.

El hombre rico también murió y fue enterrado. El lugar al cual fue el hombre rico era...bueno, muy caliente. ¡Estoy seguro que puedes adivinar cuál es! Se sentía miserable, horriblemente mal. El hombre rico miró hacia el cielo y vio a Abraham con Lázaro a su lado. El hombre rico gritó: ""Padre Abraham, manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua." Abraham le contestó: "Recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que Lázaro no tenía cosa alguna. Ahora a él le toca recibir consuelo aquí, y a ti, sufrir terriblemente. Además de eso, hay un gran abismo (una separación) entre nosotros, y ninguno, ya sea de un lado o del otro, puede cruzarlo."

Hay una lección muy importante que debemos aprender de la historia del hombre rico y el pobre Lázaro. Todo el dinero del mundo no podrá comprar la entrada al cielo. La única manera en que podremos llegar y entrar es poniendo nuestra fe en Dios. Cuando hagamos eso, él proveerá todo lo que necesitemos. ¡Tal vez no seamos ricos aquí en la tierra, pero lo seremos en el cielo!

Padre nuestro, no confiamos en las riquezas que este mundo nos ofrece, sino en la provisión que das de tu mano. Oramos en el nombre de Jesús. Amén.